Su Iglesia Y Usted
Su Su Iglesia Y Usted (Guía Para Debates)
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Pacto de la Iglesia Bautista Libre
Habiéndonos entregado a Dios por fe en Cristo, y adoptado la Palabra de Dios como nuestra regla de fe y práctica, ahora por la voluntad de Dios nos entregamos los unos a los otros en este solemne pacto.
Prometemos por Su gracia amarle y obedecerle en todas las cosas, evitar toda apariencia pecaminosa, abstenernos de toda recreación pecaminosa y toda conformidad impía con el mundo, de toda aprobación del uso y venta de bebidas alcohólicas, “procurando hacer las cosas honradamente delante de los hombres.”
Acordamos cumplir nuestras obligaciones fielmente en cuanto al estu- dio de las Escrituras, oración privada, devociones familiares y adoración pública; y con abnegación, fe y buenas obras, nos proponemos “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”
No dejaremos de congregarnos, ya sea para conferencias en la iglesia, adoración pública, y la observancia de las ordenanzas del Evangelio, ni tampoco dejaremos de contribuir económicamente, de acuerdo a nuestras posibilidades, para sustentar a la iglesia, a sus pobres, y a todas sus obras de beneficencia.
Acordamos aceptar la admonición cristiana y la reprensión con mansedumbre, y cuidarnos los unos a los otros en amor, solícitos en “guardar la unidad del Espíritu” en el vínculo de la paz, y ser cuidadosos con la felicidad y la reputación de cada uno, y procurar fortalecer al débil, dar consuelo al afligido, amonestar al descarriado y en tanto como nos sea posible, promover el éxito de la iglesia y del evangelio.
En todo lugar mantendremos como sagrados los principios cristianos y como supremas las obligaciones cristianas y empresas cristianas; teniendo como principal empresa en la vida el extender la influencia de Cristo en la sociedad; orando y trabajando constantemente para que el reino de Dios venga, y se haga Su voluntad en la tierra como en el cielo.
Con este fin, convenimos en colaborar para la promoción de empre- sas educativas y denominacionales, para el sustento de misiones, el éxito de las escuelas dominicales y esfuerzos evangelísticos para la salvación del mundo. Y que el Dios de paz nos santifique totalmente y nos guarde sin mancha hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.